No cometamos nuevamente los mismos errores. En octubre tenemos una nueva oportunidad para elegir vientos de cambio. ¿Recuerdan qué pasó cuando el fujimorismo controló el Congreso? ¿Queremos permitir lo mismo para la izquierda? No solo no queremos que concentren el poder unos pocos, sino que queremos que se vayan.
Hoy vivimos vulnerables porque los delincuentes viven radicados en la política. Tenemos presidentes presos, prófugos ni procesados, al igual que alcaldes, gobernadores y congresistas. La realidad nos da pena, pero solo la podemos cambiar nosotros, jubilando a los delincuentes. El cambio comienza por nosotros.
El 98% de los peruanos queremos un cambio, pero el cambio comienza por nosotros mismos. Si le damos todo el poder a los que nos gobiernan, terminamos de condenar al Perú.
Si el Gobierno ha demostrado ser extremadamente incapaz e ineficiente, no elijamos a sus representantes. Tampoco a los mismos del Congreso. Si sabemos que la corrupción es un verdadero tumor maligno no elijamos a alguien que tenga antecedentes de corrupción.
No elijamos representantes que terminen presos. Tenemos de sobra. El primer cambio es que no se terminen de robar el Perú, porque ya han robado harto.