La laguna Piuray se encuentra en peligro por la reducción considerable de agua que viene sufriendo. Esta fuente del importante recurso hídrico se encarga de abastecer al 40% de la población de la Ciudad Imperial.
Los comuneros y autoridades de zonas aledañas advirtieron que la laguna Piuray, que brinda agua potable a los cusqueños, se está secando. Por lo anterior, piden que la empresa Sedacusco evalúe la situación y cumpla con los compromisos pactados en relación con la fuente hídrica.
Dirigentes sostienen que, de acuerdo con los pactos que tienen con Sedacusco, una vez que el nivel de agua llegue a la bocatoma, automáticamente se tiene que cerrar el servicio de agua potable para Cusco. Esto servirá para la conservación de la fuente natural.
Se calcula que en unos días más o semanas el nivel de agua permitido para abastecer de este recurso a la población ya no será el adecuado. Ya solo falta 70 centímetros aproximadamente para que ya no se pueda usar.
Los ciudadanos del lugar piden que las autoridades y la institución encargada acudan a la zona para iniciar los trabajos inmediatos (como el trasvase de agua o limpieza de canales) en favor de la población que podría quedarse sin el recurso hídrico. Sostienen que se tiene que armar un plan para enfrentar la situación.
Estos trabajos, sin embargo, y conociendo la realidad del Cusco, deberían haberse hecho ya con antelación y así no poner en riesgo el agua con el que vivimos todos, así como también las comunidades agrícolas que nos surten de alimentos todos los días.
Hoy los políticos que deben fiscalizar o entregarles estos trabajos a los privados, eligen la corrupción antes de intentar ayudar a la comunidad, lo que nos lleva a nosotros a tener que preocuparnos de nuestros problemas. Nuestras autoridades brillan por su ausencia.