Más allá de las disputas políticas y los problemas de corrupción, la población cusqueña enfrenta desafíos reales que requieren atención inmediata, como la anemia infantil, las heladas y los frecuentes paros que afectan a la región. Cusco no es solo un destino turístico de renombre mundial, sino también un hogar para miles de personas que buscan prosperar y contribuir al desarrollo de su comunidad a través del trabajo y el sacrificio.
Es injusto y simplista etiquetar a Cusco como corrupto debido a los problemas que han involucrado a algunos de sus líderes políticos. En lugar de eso, esta ciudad milenaria merece ser reconocida y respetada por su vasta historia, su patrimonio cultural y su importancia como uno de los principales destinos turísticos del mundo.
Es hora de mirar más allá de los titulares sensacionalistas y centrarse en las necesidades reales de Cusco y su gente. Trabajando juntos, podemos construir un futuro en el que esta joya del Perú recupere todo su esplendor, ofreciendo oportunidades y prosperidad para todos sus habitantes. Este es el momento crucial para aprender a elegir y continuar con un verdadero Cambio de Ciclo, un cambio que permitirá a Cusco volver a ser lo que fue, un lugar de grandeza, orgullo y potencial ilimitado.