HomeEleccionesBELAÚNDE: EL “CAMALEÓN”...

BELAÚNDE: EL “CAMALEÓN” QUE CAMINA CON EL “LAGARTO”

El candidato presidencial Rafael Belaunde Llosa llegó al Cusco para presentar a sus candidatos al Congreso y al Parlamento Andino. Son caras nuevas, sí, pero su mensaje no lo es. Detrás de esta vitrina de renovación hay una trayectoria política que revela a un candidato que intenta venderse como “ni de derecha ni de izquierda”, pero cuya trayectoria habla clarísimo. Es un aliado político–ideológico del “Lagarto” Vizcarra.

Belaunde Llosa no es ajeno al poder ni al Estado. Fue ministro de Energía y Minas durante el gobierno de Vizcarra, uno de los periodos más cuestionados de la historia reciente, marcado por corrupción, sobornos, redes enquistadas en Provías y un manejo político que permitió la muerte de cientos de miles de peruanos durante el COVID, y que hoy mantiene al corrupto expresidente al borde de una condena de 15 años.

Y aunque Belaunde intenta desmarcarse de ese pasado, sus posturas actuales lo vuelven a ubicar donde empezó. En el mismo sector que hoy defiende al lagarto.

Mientras amplios sectores del país señalan la necesidad urgente de reformar la Justicia y recuperar soberanía frente a organismos internacionales que han sido defensores del terrorismo, la corrupción y los intereses ideológicos, Belaunde Llosa afirma que salirse de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) “es un disparate”. Tal como hace poco Vizcarra solicitó a la Corte IDH unamedida cautelarcon la intención de que se suspendan las inhabilitaciones que impiden su participación en las elecciones generales del 2026,.

El origen de la mafia «caviar» en el Perú no es un fenómeno reciente, sino que sus cimientos fueron colocados en el Gobierno de Transición de Valentín Paniagua (2000-2001). Fue en ese periodo donde se sentaron las bases que legitimaron a esta élite. Así, se derogaron leyes antiterroristas que facilitaron la salida de casi 550 terroristas de prisión y abrieron la puerta para la liberación de 3,500 más, sentando un precedente histórico. Tras ese punto de partida, otros constructores se encargaron de levantar el «palacio caviar», un entramado de influencia en la justicia, los medios y el Estado. Personas como Alejandro Toledo, el exministro García Sayán, y el mismo Pedro Cateriano, quien hoy postula a la vicepresidencia, consolidaron este sector que desde entonces trata de manejar los hilos del poder en el país.

Las señales políticas de Belaúnde son muy parecidas a la señales que durante años emitió el vizcarrismo y la caviarada. Subordinar la agenda nacional a los mismos organismos que pusieron trabas a la lucha contra el terrorismo y blindaron a los operadores de la mafia caviar.

Su discurso habla de “gente nueva, técnicos, caras frescas”, pero su líder político no es ni mas ni menos que uno de los príncipes caviares que participó en muchos de los gobiernos de los últimos años, y que sin duda es el que le pondrá la dirección política a este camaleón/lagarto y caviar.

Y mientras el Perú exige un cambio real en la política, Belaunde parece querer rescatar esa vieja narrativa del lagarto, maquillada con tecnocracia y conceptos moderados.


Cusco y el Perú necesitan romper con los viejos círculos que nos llevaron al desastre. Necesitan líderes que no tengan vínculos con gobiernos corruptos, ni que defiendan instituciones internacionales que actúan como escudo para políticos cuestionados y como freno para nuestra seguridad.

El Perú ya no puede darse el lujo de volver a apostar por candidatos reciclados del vizcarrismo, ni puede seguir creyendo en supuestos “liberales” que defienden la Corte IDH mientras el país se hunde en inseguridad y corrupción.