El choque del avión LATAM que dejó dos bomberos muertos antes del despegue de un vuelo Lima-Juliaca, muestra mucho más que solo un accidente. Nos hace cuestionarnos nuevamente el estado de los aeropuertos en nuestro país y cómo el centralismo, que es uno de los graves problemas que enfrenta nuestro país, acaba con las regiones día a día. Y acaba sobre todo con nosotros, que vivimos de aviones, turistas, hoteles y tráfico aéreo.
Es por ello, que detallamos tres razones de por qué este accidente es tan relevante para el Cusco:
1. No hay otro terminal internacional: Si el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez no opera, no se cuenta con otro terminal que permita la descarga fluida de los vuelos que ingresan a nuestro país, ya sea por infraestructura o por cantidad de personal.
2. No tenemos vuelos interregionales suficientes: Otro aspecto crítico es que los vuelos entre regiones son prácticamente nulos y ello agudiza más el rol de Lima como centro del flujo del tránsito aéreo.
3. ¿Qué hacemos si no está operativa Lima? Si hubiera un terremoto en Lima y Callao y no hubiera pistas de aterrizajes, ¿a dónde llevamos los vuelos? En caso de que hubiese que evacuar turistas, transportar medicinas y ayudas, ¿con qué infraestructura lo hacemos? Incluso tendríamos al país completo paralizado. Nadie podría con el flujo económico. Hoy, paralizar Lima, es paralizar el país.
El Cusco es la capital turística del país y no dependemos de nosotros mismos, dependemos de Lima. Lo que pasa en la capital nos afecta.
Si este reciente cierre temporal dejó una caótica imagen del país, imagínense el día que la catástrofe sea aún mayor y sigamos sumidos en décadas de autoridades incompetentes.