La Fiscalía desarticuló una red criminal en La Convención, Cusco, que operaba con préstamos «gota a gota». La organización, liderada por alias «Gata», un expolicía y sus tres hijos, ofrecía créditos sin requisitos, pero con intereses abusivos y cobros violentos.
Las víctimas, captadas en mercados y plazas, sufrían amenazas y violencia cuando no pagaban. Se detuvo a 20 personas y se incautaron vehículos, dinero y teléfonos. También investigan vínculos con funcionarios municipales mediante pagos irregulares.
Este caso muestra cómo la falta de acceso a servicios financieros formales deja a la población vulnerable. La informalidad financiera y la ausencia de regulación permiten que estas mafias operen impunemente, afectando a miles de familias.
El Estado debe implementar políticas de inclusión financiera y fortalecer la supervisión. Necesitamos acción coordinada entre justicia y gobiernos locales para evitar que redes criminales se infiltren en estructuras estatales.
La desarticulación de esta red es un paso, pero falta mucho para proteger a los ciudadanos de prácticas abusivas y garantizar servicios financieros justos. Es hora de cambiar el ciclo de abandono estatal.