Dicen que el Perú necesita reconciliación. Pero reconciliar no es olvidar. Y Martín Vizcarra representa lo que este país debe recordar para no repetir.
El Frente Anticorrupción de Moquegua ha demostrado que desde el mismo gobierno regional se estaría financiando su partido político, Perú Primero. Mediante la contratación de asesores fantasmas, y exfuncionarios corruptos, el dinero público se está usando para fines personales del líder de la mafia caviar.
Y mientras eso pasa, los pueblos originarios siguen sin agua, sin tierras protegidas, sin respeto.
Con todos los antecedentes que tiene en su contra, ¿cómo es posible seguir considerándolo un candidato político? Es tanto el poder que tienen el líder de la mafia que incluso la prensa trata de blanquearlo como candidato de centro, cuando es líder de la caviarada y por lo tanto la red de corrupción más grande del Perú.
Vizcarra es solo representante de los mismos de siempre, de los impresentables de siempre. Representante de todo aquello que el Perú tiene que deshacerse.
Representante de la corrupción en el Poder Judicial por medio de Gorriti, representante de los más grandes robos en la historia del Perú con Odebrecht y representante de miles de muertes por COVID mientras hacía negocios con la salud de los peruanos.
Representa a los operadores del poder que se visten de “progreso”, pero solo reparten miseria.
Ya no basta con nuevas caras. Queremos nuevo rumbo. Queremos cambio de ciclo, no más vueltas al pasado.