¡La espera terminó! Este jueves, el outsider que el Perú espera, Carlos Espá del Partido Sí Creo, lanzó oficialmente su plancha presidencial, acompañado por Alejandro Santa María y Melitza Yanzich en las vicepresidencias. Su discurso fue una declaración de guerra total a las etiquetas y a los vicios de la política tradicional, asegurando que su único objetivo es extirpar el «tumor maligno» de la corrupción.
Espá, un experimentado periodista y abogado con un Magíster en Políticas Públicas, definió su candidatura demoliendo los prejuicios que buscan atacarlo, dejando claro que no es parte de ninguna mafia. “Yo no acepto la etiqueta caviar… porque soy directo al decir que debemos terminar con la politización de la justicia y la judicialización de la política”.
El candidato también apuntó al corazón del discurso ideológico de la izquierda, afirmando que “tampoco soy progresista… porque el progresismo es una mentira de la Izquierda ideológica, pretendiendo decir que fomentan el progreso, cuando en realidad, lo único que fomentan es su propio progreso y no el progreso del pueblo”. Y defendiendo los valores esenciales, aseguró que cree “en la familia, en la vida desde el momento de su concepción y creo que las madres y los padres deben decidir cómo educar a sus hijos”.
Su posición es de libertad, asegurando que “por supuesto no soy comunista, porque creo en los peruanos libres, en el desarrollo, en el crecimiento y en la prosperidad para todos los ciudadanos, limitando al Estado a una labor fiscalizadora y promotora”.
Su promesa es ser un presidente dedicado a solucionar los problemas que la clase política ha ignorado por décadas, porque “no se puede soñar con un país del primer mundo, si continuamos teniendo millones de peruanos sin agua, millones de niños con desnutrición y anemia infantil, y millones de emprendedores pisoteados por una burocracia desquiciada”. Su equipo propone romper el monopolio estatal en el agua potable y atacar con urgencia la anemia.
En materia de seguridad, el candidato fue tajante al señalar la contradicción actual. El Estado aplica “mano dura al peruano comerciante, al trabajador, y mano blanda a los criminales”. Su promesa es “poner el mundo al revés, al derecho” y luchar contra el crimen organizado, para que entiendan que “el Perú será el peor lugar del planeta para venir con sus mafias”.
Además, su plan incluye la revolución educativa a través del bono educativo, permitiendo a los padres de familia decidir dónde estudiar y obligando a las escuelas públicas a competir para elevar su nivel.
Carlos Espá concluyó con un mensaje de esperanza y firmeza, asegurando que “pueden ponerme la etiqueta que quieran… pero les puedo asegurar que soy un peruano, patriota, que quiere un cambio real y total”. Con esta plancha, el Partido Sí Creo se consolida como la opción del cambio radical, honesto y patriótico.


